“No son valores del islam, sino valores de una sociedad machista”
Entrevista Samira Kinani, directora de la organización humanitaria de
derechos humanos AMDH, en web Islam. Realizada por el diario Diagonal. El islam moderado marroquí, que defiende los derechos humanos. Una corriente de la qual la mayoría de marroquís son defensores.
Samira Kinani
En marzo de 2012 la joven Amina Filali, de 16 años, se quitó la vida en
Marruecos, después de que fuese violada y casada a la fuerza con su violador.
Según las leyes marroquíes, un violador puede librarse de la pena si se casa con
su víctima en conveniencia con los padres de la misma. El suicidio de la joven
dio lugar a una ola de indignación y a protestas de feministas y de
organizaciones de la sociedad civil.
DIAGONAL: La atención alrededor del caso Filali ha desaparecido. ¿Qué
ha pasado desde marzo?
SAMIRA KINANI: La violación de niñas y el matrimonio forzado son un fenómeno
social extendido en Marruecos. Esta problemática es un tema tabú. Para ello tuvo
que morir primero una adolescente, hasta que la gente se decidió a salir a la
calle a denunciarlo. En realidad, las organizaciones que defienden los derechos
de la mujer deberían hacer todo lo posible por acabar con dichos tabúes. Desde
el caso Filali la sociedad civil parecía haber despertado. En Facebook, por
ejemplo, se discutió intensivamente. Sin embargo, la ley que permite que un
violador se case con su víctima no se ha cambiado. La explicación esgrimida es
que se trata de una “peculiaridad cultural”.
La ministra marroquí para Solidaridad, Mujer, Familia y Desarrollo Social,
Bassima Hakkaoui, aseguró después del suicidio que se realizaría un debate para
cambiar la ley. El punto de disputa es el artículo 475 del Código Penal, que
libera al violador de la pena si se casa con su víctima con el consentimiento de
sus padres. En discusión está también el artículo 20 de la ley familiar, que
permite el casamiento de menores.
D.: ¿Se trata de una reforma o sólo de acabar con ese
artículo?
S.K.: Como le he dicho, no se ha hecho nada concreto hasta ahora. Aparte de
algunas conferencias sobre el caso y la violación de menores, no se habla más
del tema. Tengo la sensación de que la movilización en internet y el interés en
el tema han decaído.
D.: ¿Cómo ha actuado el Partido islámico para la Igualdad y el
Desarrollo (PJD), la mayor fuerza en el Gobierno, ante el caso?
S.K.: El PJD es la mayor fuerza, pero en Marruecos el Gobierno no tiene el
poder, sino el ‘makhzen’, que relaciona a la Casa Real, a las finanzas y al
aparato del Estado. Es un Gobierno de cartón piedra. Como partido se ha
pronunciado, y aseguró que no se trataba de un tema relacionado con la violación
sino de una historia pasional.
D.: ¿De quién es víctima Amina Filali en última
instancia?
S.K.: Es víctima de toda una sociedad y de su ideología, que ve a la mujer
como un objeto. Por una parte la chica es la víctima de una sociedad patriarcal,
machista, que no protege mediante la ley a las mujeres. Es víctima también de un
entorno, porque se la casó, para evitar un así llamado escándalo, ya que las
mujeres que no son vírgenes y no están casadas son repudiadas en Marruecos,
sobre todo en el campo.
D.: ¿Qué rol juegan los valores islámicos en la
sociedad?
S.K.: No son valores del islam, sino valores de una sociedad machista. De
hecho, el derecho marroquí proviene del francés, de ahí que no se pueda hablar
simplemente de islam. El machismo es un mal que ahoga cualquier atisbo de
esperanza en una sociedad en la que hombres y mujeres puedan vivir en igualdad.
No es una cuestión de religión, ya sea ésta el islam, el cristianismo o el
judaísmo, sino del poder masculino dominante. En nuestra sociedad son aún los
hombres quienes hacen las leyes y quienes se favorecen con ellas.
D.: ¿Qué significa la liberación de las mujeres en Marruecos
hoy?
S.K.: Amina Filali era una joven marginalizada en un Marruecos en el que no
hay trabajo. No se puede hablar de la liberación de la mujer únicamente a través
de leyes. La liberación ha de ser tal en sentido económico y cultural también.
Le pongo un ejemplo: se podría escribir en la ley que un hombre no tiene derecho
a tener una segunda mujer si su mujer actual no está de acuerdo. Pero si esa
mujer depende económicamente de él, ¿tiene la opción realmente? Para una
liberación económica de las mujeres el pueblo ha de poder elegir lo que quiere.
Y ése no es el caso de Marruecos. Si queremos luchar por la liberación de las
mujeres en Marruecos, por su dignidad, entonces debemos luchar por la
determinación propia del pueblo marroquí.
D: El Movimiento 20 de febrero pide reformas democráticas, una
modernización del país. ¿Qué rol juegan las mujeres en este
movimiento?
S.K.: En el Movimiento 20 de febrero las mujeres están muy presentes, sobre
todo las mujeres jóvenes y las adolescentes procedentes de barrios obreros
pobres y que con mayor fuerza reclaman un cambio. Piden la igualdad de sexos y
una vida digna. Por otro lado, el movimiento de las mujeres conservadoras,
asociaciones que trabajan con planes de desarrollo muy influenciados desde el
exterior, no está realmente representado.